
El presidente Hugo Chávez está amenazando con encarcelar a un popular líder opositor, enviar tanques a las calles y recurrir a la fuerza para defender los resultados de las elecciones estatales y locales previstas para el domingo.
Los comicios representan una prueba importante en torno al apoyo que tiene Chávez, un año después de que los venezolanos rechazaron su intento de implementar varias reformas que, entre otras cosas, le hubieran permitido ampliar el mandato presidencial y reelegirse de inmediato.
Los críticos han señalado que Chávez recurre a tácticas para intimidar y desprestigiar a los contrincantes, ante el temor de que los candidatos oficialistas pierdan.
“Se ha desatado una ola de intimidación, insultando a los que percibe como enemigos y lanzando amenazas contra cualquiera que no cree en su proyecto político”, dijo a The Associated Press Manuel Rosales, gobernador opositor del estado de Zulia.
Rosales, considerado favorito para derrotar al candidato chavista para alcalde de Maracaibo, la segunda ciudad más grande del país, añadió que “esto no es democracia, en Venezuela hay una fachada de democracia”.
El martes, en un discurso vehemente a sus simpatizantes, Chávez amenazó con sacar del aire cualquier canal de televisión que transmita por adelantado los resultados electorales, y agregó que ha girado órdenes a la Dirección General de Servicio e Inteligencia y Prevención, y a la Dirección de Inteligencia Militar, para mantener vigilado a Rosales.
“¡Yo he dicho al Disip, al DIM que lo tengan pillado porque sé que está haciendo planes para volar e irse del país. Tiene que ir a prisión el bandido ése, ladrón!”, señaló el presidente.
Chávez destacó que Rosales ha sido acusado de actos de corrupción.
“Rosales tiene no sé cuántas denuncias y ha sido imposible hasta ahora que concluya una sola, y hay pruebas, no son ataques infundados o guerra sucia, no, no”, agregó.
Chávez ha amenazado también con cortar la entrega de fondos federales y enviar a los tanques a las calles de los estados que terminen en manos de los opositores, y ordenó a los soldados tomar temporalmente un aeropuerto dentro de una disputa con el gobernador opositor del estado de Sucre.
Los simpatizantes de Chávez elogiaron la decisión y al día siguiente saquearon las oficinas de un alcalde opositor.
“Esta es una revolución que está armada y un pueblo que está dispuesto a defender el proceso revolucionario”, advirtió el líder venezolano la semana pasada, al pronosticar una respuesta violenta de la oposición a las posibles victorias de sus aliados.
Los colaboradores de Chávez niegan que el gobierno aplique alguna campaña organizada para intimidar a los rivales.
Pero los políticos opositores, personalidades en los medios informativos y otros críticos culpan al presidente por actos de hostigamiento realizados por grupos de simpatizantes de Chávez, investigaciones penales con probables móviles políticos y pesadillas burocráticas, como interrogatorios de horas por parte de agentes de inmigración en los aeropuertos.
Las autoridades dicen que ésos son procedimientos de rutina, pero el profesor venezolano de sociología, Heinz Sontag, quien pertenece al Movimiento 2-D de oposición, culpa a Chávez por la revocación de su pasaporte válido el mes pasado, cuando volvió de un viaje.
“Creo que el percibe el descontento creciendo, y está reaccionado con rabia”, dijo Sontag.
Chávez ha sido particularmente crítico de Rosales, su principal oponente en la contienda presidencial del 2006. El mes pasado, el mandatario visitó Zulia y convocó al encarcelamiento del gobernador, acusándolo de corrupción e incluso de planear su asesinato.
Unos días después, el fiscal anticorrupción, la Fiscalía General y un comité de legisladores que apoyan a Chávez abrieron investigaciones.
“Cualquier ciudadano acusado de corrupción o conspirar para matar al líder de la nación, sin importar sus tendencias políticas, debe ser investigado”, dijo el legislador Mario Isea.
Isea presentó grabaciones de las llamadas telefónicas de Rosales como evidencias de que malversó los ingresos percibidos por una lotería del estado, y de que podría estar financiando un supuesto plan para matar a Chávez.
Las supuestas conversaciones han sido transmitidas en repetidas veces dentro de anuncios que critican a Rosales en la televisión estatal.
Isea dice que las grabaciones fueron recibidas mediante fuentes anónimas, pero Rosales considera que fueron cuidadosamente editadas con base en conversaciones grabadas y manipuladas por la Disip y por la agencia cubana de inteligencia G-2.
Chávez, ex teniente coronel, quien ha ejercido el cargo de presidente desde 1999, tiene todavía mucho apoyo pese a la derrota en el referendo constitucional que habría ampliado sus poderes y levantado los límites que le impiden postularse en el 2012.
Ahora, Chávez sugiere que una victoria de sus aliados el domingo allanaría el camino para otro referendo que amplíe su mandato.
“Si yo sigo gobernando Venezuela en adelante dependerá de lo que pase el próximo domingo, 23 de noviembre. Sépanlo bien, se está jugando el destino de Chávez incluso“, dijo el mandatario en un mitin la semana pasada.
Por CHRISTOPHER TOOTHAKER
The Associated Press.