domingo, 20 de julio de 2008

Petrocaribe: ¡qué manguangua!


Ese aciago día nos costó mil millones de dólares este año y también los que vendrán

El domingo fue una de las jornadas más costosas para el bolsillo de los venezolanos: la reunión de Petrocaribe en la que representantes de dieciséis Estados se apersonaron en Maracaibo con las manos abiertas para recibir la dádiva que Ud., yo y demás compatriotas pagamos pero que los beneficiarios perciben que proviene de Chávez. Petróleo "vendido" para pagar en el año de la pera y urea con 40% de descuento cuando en Venezuela está faltando.

No se trata de ignorar la validez ética del principio de la cooperación internacional entre los que más tienen y los menos afortunados, se trata de una norma moral. Venezuela ha llevado a cabo tales programas desde la época de CAP I, hace treinta años. Tampoco se trata de criticar a quienes ponen su mano para recibir algo de la lluvia de dólares que cae del cielo. Deben aprovechar ese maná a menos que el precio en dignidad perdida sea inaceptable lo cual -en algunos casos- parece no estar lejos.

Lo de Petrocaribe ha pasado como uno de los habituales abusos de Chávez quien ya ha agotado nuestra capacidad de asombro y por tanto de reacción. Pero si Ud. lector revisa las cuentas reseñadas en la prensa comprobará que ese aciago día nos costó mil millones de dólares este año y también los que vendrán.

Afortunadamente la terca realidad demuestra que la mitad de las promesas de Chávez quedan en el tintero. En efecto, en 2007 el Convenio Petrocaribe prometió 138 MBD (miles de barriles diarios) pero sólo despachó 56 MBD dando cumplimiento tan sólo a la cuota de Jamaica y de Cuba , ésta última a través del Convenio Integral de Cooperación del año 2000. Al matrimonio Kirchner se le prometieron 24,7 MBD pero apenas recibieron 15,3 MBD mientras que por el Acuerdo de San José de 1980 la promesa de 80 MBD se saldó apenas con 15,6 MBD. El total prometido es de 406 MBD y el realizado es de 203,9 MBD de los cuales para Cuba van 91,5 MBD.

A lo anterior añada Ud. la friolera de 23 refinerías prometidas por Marco Polo en sus distintos viajes (hasta una en Siria a medias con Irán) para calibrar hasta que dimensión llega la locura de quien promete y la ingenuidad de quien le cree. Afortunadamente también en este rubro la fantasía excede a la realidad al punto de que la más grande refinería prometida, la Abreu de Lima en Pernambuco, Brasil, ha visto la participación de Pdvsa en pico de zamuro por que los reales venezolanos nunca llegan.

Si bien es cierto que el jefe del Estado tiene la prerrogativa constitucional (art. 236, ord. 4) de dirigir las relaciones internacionales, no debe deducirse que ello pueda ser al estilo del dueño de una hacienda sin participación ni contraloría alguna en un país cuya democracia se define como "participativa y protagónica" (Preámbulo). No sólo la ley sino el sentido común sugieren que el comportamiento que estamos presenciando no es permisible como tampoco lo es aquel en el que el "gran pedigüeño aymara" (Morales) solicita que los reales que le regala Venezuela sean desembolsados directamente por nuestra embajada para evitar las demoras y controles de la burocracia boliviana y es complacido. ¿Qué es eso?


Adolfo Salgueiro

El Universal

http://opinion.eluniversal.com/2008/07/19/opi_art_petrocaribe:-que-ma_943553.shtml

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