lunes, 7 de julio de 2008
"Las Farc no son un grupo revolucionario, son terroristas"
"No se trata de un grupo revolucionario. Son terroristas". Estas fueron las primeras declaraciones a la prensa que dio Marc Gonsalves, uno de los tres ex rehenes estadounidenses liberados la semana pasada tras un operativo militar en Colombia. Los recién liberados afirmaron hoy que fueron víctimas del "odio, abuso y tortura" de las FARC durante sus más de cinco años de cautiverio y exigieron que el grupo rebelde libere al resto de los secuestrados.
Una buena parte de los estadounidenses que veían la televisión el miércoles pasado se enteró esa tarde de que tres de sus compatriotas, Keith Stansell, Marc Gonsalves y Tomas Howes, estuvieron secuestrados por seis años en las selvas de Colombia. Cuando los canales de televisión CNN, Fox News y la CBS empezaron a difundir la noticia de la liberación del grupo de 15 secuestrados, el impacto mediático del momento contrastaba con la escasa atención que le dieron, durante más de cinco años, a su cautiverio.
El gobierno de Estados Unidos mantuvo en muy bajo perfil el caso de los tres contratistas de la Northrop Grumman Corporation que fueron secuestrados en 2003, después de que la avioneta en la que hacían el seguimiento satelital de cultivos ilícitos en las selvas del sur del país fue derribada por disparos de las Farc. Los tres gringos se volvieron una jugosa carnada para atraer la atención de Estados Unidos y pedir, a cambio de su libertad, la de los guerrilleros extraditados 'Simón Trinidad' y 'Sonia'.
Fueron muy pocas las historias que lograron publicar los corresponsales de los medios estadounidenses asignados a Colombia, pues el tema no tenía gran impacto mediático pese a que ningún norteamericano permanece secuestrado en el mundo sin que esto genere una visible solidaridad. En Irak cuando un gringo es secuestrado, por lo general su caso se resuelve en poco tiempo, pero estos hombres pasaron más de un lustro como rehenes de un grupo ilegal que Estados Unidos considera terrorista, pues su drama, al menos en su país, fue opacado entre otras cosas porque su gobierno se encargó de manejarlo discretamente.
Tras el secuestro, las familias de los tres plagiados, que vivían en ciudades y estados diferentes, fueron advertidas por el FBI sobre el manejo que debían darle a la situación. Básicamente se trataba de seguir sus instrucciones, informarse sólo a través de enviados oficiales y sobre todo, evitar a la prensa. Los padres, esposas, hijos o novias debieron guardar en silencio este drama que pasaba en un país lejano para ellos. Qué más podían hacer.
Tan solo la madre de Marc Gonsalves, Jo Rosano, una mujer impetuosa y de poco español, rompió el cerco formal y viajó en varias ocasiones a Colombia. La señora Rosano le hablaba en tono recio a su gobierno y le pedía más apoyo para sacar a su hijo y a sus amigos de ese infierno. Marchó con las demás familias y fue de foro en foro pidiendo el acuerdo humanitario. A las demás familias se les vio en público sólo a finales del año pasado, cuando visitaron al presidente Hugo Chávez, entonces facilitador para la liberación de los secuestrados, en el palacio de Miraflores, en Caracas.
No quería decir esto que el gobierno y la embajada de Estados Unidos en Bogotá no hicieran esfuerzos para llegar a las Farc. De manera continua buscaron personas que pudieran llevarle a la guerrilla el mensaje de la disposición a encontrar una solución para los rehenes. En 2005, las Farc respondieron en público al gobierno del presidente George Bush y le pidieron que no enviara más razones con mensajeros secretos, sino que más bien publicara un aviso en el diario El Tiempo en donde hicieran públicas sus intenciones de negociar algo para liberar a los tres contratistas.
Hoy ya son libres y esa misma libertad traerá para ellos la decisión sobre el rumbo que tomarán sus vidas. El Ejército norteamericano tiene un plan de readaptación para casos como estos, según le dijo a Semana.com Erick Atkisson, un vocero de esa institución. Sin embargo, aclaró que como se trata de civiles, ellos lo decidirán voluntariamente.
Desde la madrugada del jueves, cuando pisaron su país, los tres norteamericanos no han dado ningún tipo de declaraciones a la prensa. Fueron sometidos a exámenes médicos y luego se encontraron con sus familias y se prevé que sólo la próxima semana empezarán a dar su testimonio y narrar los detalles de su secuestro.
Con información de:
Globovisión/AFP
http://www.globovision.com/news.php?nid=92465
Semana
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=113303
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