domingo, 23 de noviembre de 2008
Quien se deprima con resultados sin entender los símbolos reales en juego, pierde.
El triunfo en estas regionales nada tiene que ver con el porcentaje de gobernaciones y alcaldías que gane cada lado. La distribución poblacional del país no es homogénea. Hay muchos más Estados despoblados, pequeñas ciudades y pueblos (todos con alcaldes y gobernadores) que centros urbanos de alta densidad poblacional, por lo que el número de localidades ganadas en esta elección no es un indicador comparativo de fuerza.
Si vamos a evaluar el éxito en términos regionales, deberíamos hacerlo caso por caso. El Gobierno y la oposición ganarán cada uno de los espacios donde tengan la preferencia del elector y donde hayan sido capaces de mover a su gente a las mesas electorales para materializar esa preferencia. Celebrarán sus éxitos en cada lugar donde lo logren y ahí serán los ganadores. Pero evaluar quién ganó a nivel nacional es harina de otro costal, mucho más complejo que la simple suma de los triunfos individuales.
Por ejemplo, una de las fuerzas podría sacar un hipotético 40% de los votos totales y obtener con esto más de 60% de los puestos de elección popular, sólo con lograr la preferencia en las pequeñas localidades. ¿Se puede considerar que ganó la elección a nivel nacional?
Por otra parte, una de las fuerzas políticas podría terminar controlando los Estados más importantes del país y obtener las alcaldías de las grandes capitales, representando todo esto sólo el 40% de los puestos elegidos. ¿Significa que perdió?
El chavismo ganó en las elecciones pasadas 21 de 23 Estados que se disputaban. Si ahora pierde varios de estos, incluyendo Estados claves como Carabobo y Miranda. ¿Puede celebrar un gran éxito tendencial, aún siendo mayoría?
La cuna de la revolución está en Barinas. El papá del Presidente ha gobernado el Estado por más de 8 años y su hermano es el candidato a sucederlo. La familia Chávez ha dominado esta localidad férreamente y uno de sus consentidos del pasado, el alcalde de Barinas, se lanza como disidente. ¿Afecta o no afecta al perceptual de triunfo o fracaso del chavismo el resultado electoral de Barinas, independientemente de lo chiquito o grande de ese Estado?
Finalmente, el Presidente ha sido el líder indiscutible de las masas populares en todo el país. Se presenta a sí mismo como el líder del pueblo, el invencible en las clases populares y plantea una división social del país, entre los revolucionarios (fuertes en las mayorías pobres) y los imperialistas, golpistas (representantes de la oligarquía y soportados por la población de clase alta). ¿Qué pasaría con este perceptual de fuerza popular si el chavismo pierde o retiene el municipio Sucre, donde está enclavado el barrio pobre más grande del país?
La clave del triunfo en una elección de este tipo está más del lado simbólico que del numérico. Ganará quien obtenga el mejor grupo de trofeos, especialmente aquellos que logra arrebatar a su adversario; quien pueda demostrar que controla el corazón económico y político del país; quien tome el poder en las principales capitales a nivel de alcaldías. Ganará la oposición si logra retar el poder absoluto del Presidente, aunque no lo noquee o ganará Chávez si deja a la oposición en la estacada, sin nada nuevo que mostrar. Ganará quien sea capaz de mantener o destruir los mitos de su adversario (Chávez si gana Zulia o la oposición si gana Barinas y Petare)
Pero lo más importante: ganará quien convenza a la gente que ganó& y eso combina el resultado simbólico de la elección de hoy con el reto post electoral de vender los éxitos, bajo una premisa estelar: quien se deprima con numeritos porcentuales y mapas coloreados por gobernación en la TV, sin entender los símbolos reales que están en juego pierde.
El Universal
Luis Vicente León
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