Calladamente, el Gobierno paraliza planes de inversión y abandona el apuro por estatizar el Banco de Venezuela, Sidor y las plantas de Cemento; en cambio, esas empresas sueñan con que les llegue el cheque en dólares de Caracas, por una gracia del cielo acordaron vender en el mejor momento para ellas, hoy nadie las compraría.
Calladamente, el Gobierno deja entrar por la ventana a las empresas que sacaron estrepitosamente del negocio petrolero, anuncia que subastará trozos de la Faja Petrolífera del Orinoco: si lo necesita, venderá la plaza Venezuela en nombre del Che Guevara. Según el Financial Times, un informe de la Agencia Internacional de Energía afirma que la producción mundial de petróleo mundial disminuiría al 9% anual si faltaran las inversiones necesarias, también la reducción de la exploración provocará a mediano plazo el disparo violento de los precios.
Siguen las sorpresas: Jorge Mas Santos, hijo de Mas Canosa, apoya a Obama. Muchos apuestan que a última hora los mismos que en las encuestas dicen que votarán por Obama rechazarán llevar a un negro a la Casa Blanca. Los republicanos, reconociendo la derrota, lanzaron una campaña para evitar que los demócratas ganen también el Congreso con una mayoría suficiente para impedir el “filibusterismo”, las tácticas dilatorias, que impediría aprobar ciertas leyes…
Más de diez países están al borde de la bancarrota: Bielorrusia, el amigo de Chávez, pidió ayuda al Fondo Monetario Internacional, Islandia quebró, Tailandia, Corea del Sur y Ucrania piden ayuda. Lula destinó la tercera parte de las reservas en divisas, el milagro chileno cruje y los Kirchner andan asustados. Por Venezuela, la constante subida de tono de la campaña en el Zulia justifica la pregunta: ¿Pondrán en prisión a Manuel Rosales antes de las elecciones? Chávez pasa la raya amarilla. Quizá busque aumentar la abstención, asustar a la oposición. El Presidente ignora que Venezuela no está ya tan polarizada: hay más “Ni-Ni” que chavistas y antichavistas. Después de noviembre, el país vivirá un nuevo panorama político con nuevas figuras. El PSUV, que llevará la procesión por dentro, y la oposición, tendrán varias cabezas. ¿Qué hará Chávez la noche misma, o al día siguiente, de las elecciones? Pronunciará un discurso.
El próximo año, probablemente, cohabitará con los gobernadores y alcaldes de la oposición. Ahora ataca porque le conviene, sabe que hay chavistas que no son chavistas, chavistas antichavistas, chavistas escuálidos y hasta chavistas realmente chavistas. No solo Henry Falcón y Leonardo Salcedo no son rojos rojitos, hay futuros gobernadores y alcaldes que no les entusiasma esa polarización extrema. ¿Cómo impide Chávez la desbandada de los suyos? Aumentando el tono de la voz. No todos lo seguirían en una aventura dictatorial.
En otras campañas electorales el CNE multó a Chávez, exigió una pantomima de neutralidad en el canal 8, el Tribunal Supremo dictó sentencias en contra de la voluntad oficial. Chávez coloca hoy en aprietos a Tibisay Lucena, que no parece sentirse a gusto en el papel que le obligan a desempeñar, en la Asamblea Nacional hay silencios significativos, el PCV y el PPT hablan por esos asambleístas chavistas que cada día tragan sapos y culebras y aparentan seguir ciegamente al máximo líder: la procesión avanza por dentro.
Fausto Masó/ND
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sábado, 1 de noviembre de 2008
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