La periodista Maye Albornoz de El Universal entrevistó al ex-alcalde Juan Barreto, quien aseguró que no vive ni en Panamá ni en París al desmentir las denuncias sobre su gestión al frente a la Alcaldía Mayor. Y cuando la periodista le preguntó, cómo evalúa su gestión, Barreto respondió: “Buenísima”.
Lea la entrevista de Maye Albornoz en El Universal:
No estaba ni en Panamá ni en París, tampoco muerto ni de parranda. Y jura que en nada tiene que ver con el desastre que encontró su sucesor, Antonio Ledezma, en la sede de la Alcaldía Mayor. Deslastrado de su investidura burocrática, desde su casa en El Cementerio y en pantuflas, el polémico ex alcalde metropolitano, Juan Barreto, intenta desenredar los rumores que se tejen en torno a él, su gestión y lo que dejó.
Entre sus confesiones, está la humildad: tiene una casa, dos guacamayas y dos carros. “¿Acaso no es eso a lo que aspira todo profesional?”, reflexiona. Para él, las denuncias en su contra son “infamias” y el 23 de noviembre, sólo por el hecho de que él no quiso postularse, Aristóbulo Istúriz se convirtió en la mejor opción.
-¿Por qué no se lanzó de nuevo a la Alcaldía?
-Porque no creía en esa institución. Yo declaré mil veces que íbamos a hacer una constituyente metropolitana. No la pudimos hacer por intrigas, por incomprensiones y porque el CNE no nos dio el permiso. Eso coincidió con la vaguada del 2005. Entonces, ¿con ese problemón y sin el apoyo del CNE íbamos a abrir un frente político para eso? No. Así que lo postergamos. Luego, en 2006, el presidente Chávez lanza la bandera de las elec- ciones. Nosotros no podíamos abrirnos un frente que perturbara la elección del Presidente. Después, en 2007, lanza la reforma y nosotros participamos en el equipo del cuarto motor que eliminaba la Alcaldía Metropolitana, creando una institución superior más útil, más flexible, más liviana, y que le sirviera de verdad a la sociedad. La Alcaldía Mayor es un elefante blanco igualito que lo fue Pdvsa. Que la Alcaldía Metropolitana consuma 83% del presupuesto en gastos internos. ¿Y para la sociedad qué?
-Ya el Cabildo Metropolitano anunció que lo auditarían…
-Eso es un deber de ellos. El señor que denuncia (el concejal Máximo Sánchez, presidente del Cabildo) ni siquiera sabe dónde está parado& él dice que yo no presenté Memoria y Cuenta en cuatro años. ¿Y las asambleas que hice? El primer año la hicimos en el Teresa Carreño, luego la hicimos en Naciones Unidas y, el último año, también ahí. Yo fui tan responsable que le entregué toda mi gestión en disco duro a Ledezma y él contrató a tres empresas auditoras. ¿Que el Cabildo quiere investigar? Ellos tienen una función contralora que les da la Ley, ¿por qué no la asumen? Yo digo: el que no la debe, no la teme.
-¿Y las tres mil líneas telefónicas y 900 contratados?
-Otra denuncia en falso. Un poco más de prudencia hubiese resuelto el asunto. Uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Es posible que él (Ledezma) no esté de acuerdo, él puede decir que esos empleados no hacían falta, eso es una visión. A mí me hacían falta.
-¿Por qué se fue de la Alcaldía un mes antes?
-Eso es mentira, otro rumor& no sé cómo contestarlo. En la Alcaldía había 63 mil empleados. Si no me vio la cara un puñado, entonces yo no estaba. El día de las elecciones fui a inaugurar una cancha en Montalbán, ahora Ledezma sale a botar basura y están todos los medios. Yo nunca dejé de estar en la calle, inaugurando escalinatas, obritas. Todas las semanas publicamos algo en Vea. El día antes de las elecciones estuve en el barrio el 70 en una obra de teatro.
-El nuevo alcalde recibió una institución abandonada con muebles coloniales rotos pintados con típex, excremento de paloma en las paredes…
-Lo habrán hecho los que llegaron. La semana anterior a las elecciones estuve allí con Aristóbulo.
-¿Y en qué momento llegó a estar en ese estado?
-Me desayuno con eso. Yo pulí el piso, mandé a hacer arreglos para entregárselo “pepito” al nuevo alcalde, así que yo creo que eso es una infamia.
-Incluso había un nido de palomas
-Entonces me hubiesen cagado la cabeza las palomas porque yo viví ahí año y medio. Yo le digo a las personas que están asumiendo este cargo que tengan paciencia. Hay un filósofo que se llama Spinoza que en su lápida puso “prudencia” para todo: para comer, para hablar& ellos tienen 120 días, ya llevan la mitad, para presentar ante la Contraloría cualquier irregularidad, hasta ahora no ha habido ninguna. Yo no digo que no pueda haberlas, era una institución muy grande.
-¿Cuál es su opinión sobre el tema Sambil de parroquia Candelaria?
-Yo no hubiese dado esos permisos, eso lo criticamos en la revistica Plaza Mayor. Pero estábamos en campaña, no me atreví a expropiarlos. Esa es una medida correcta. Caracas no se puede convertir en puros centros comerciales, pero ya está construido y vendido, eso es un problema que se pudo resolver mucho antes, cuando nosotros lo denunciamos.
-Pero era un alcalde, podía hacer algo
-Consulté y me dijeron que venía la reforma y no me metiera en líos. Lo hicimos documentado. Hay algo bueno dentro de lo malo y son los tres mil puestos de estacionamientos con los que se puede hacer un estacionamiento público. Ojalá la política de expropiación contemple eso y que el Gobierno le dé un justiprecio que pueda compensar a tanta gente que ha hecho inversiones ahí, para que les devuelvan sus reales. Tengo un amigo que hipotecó dos de sus locales en el otro Sambil para comprar ahí.
-¿Qué va hacer ahora que no es alcalde?
-Ya llamé al director de la Escuela de Periodismo para reincorporarme a dar clases. Antes de dar clases fui diputado y antes de eso, luchador social. Uno no necesita un cargo para tener un lugar político, ahí tienes a Lina Ron. Voy a seguir viviendo, ayudando a mi familia, a mis amigos, a ser feliz. Uno parece culpable de algo siempre sólo por ser chavista. Yo me pude haber equivocado mucho, pero yo no soy ladrón, vale.
-¿Y cómo evalúa su gestión?
-Buenísima.
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