“¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tramitada por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?”.
Yo no sé qué es lo que no entienden. Todo está sumamente claro.
La pregunta dice: “¿Aprueba usted la enmienda (…) que amplía …” ¿Quién no va a querer aprobar la ampliación, si es el sueño de todos?, más si se trata de los derechos políticos. Que, dicho sea de paso, no es lo mismo “derechos políticos” que “políticos derechos”. De estos se encuentran cada vez menos. Se trata, agrega la pregunta, de los derechos políticos de las venezolanas y venezolanos. Concreta y muy especialmente de un venezolano: Hugo Rafael Chávez Frías, que tiene derecho –todo el derecho– a ser, no sólo Presidente vitalicio, sino monarca absoluto si así el soberano lo dictamina. La única desventaja que tiene la entrega del poder absoluto a un hombre, por la vía democrática, es que no existe luego la posibilidad democrática de revertir el mandato, pero eso son minucias leguleyas del derecho constitucional, que nada tienen que ver con el caso, porque tenemos la certeza de que se trata de un buen hombre.
Ahora bien, la pregunta señala que la ampliación de esos derechos es en los términos contemplados en la enmienda. No hace falta explicar si es una pequeña enmienda, como señala el Presidente, o una enmiendota. Enmienda es enmienda y la propia palabra te dice de qué se trata, de modo que en este punto no hay más que agregar. ¿Qué es lo que se quiere enmendar? Pues los artículos 230, 160, 174, 192 y 162. Entonces, ¿qué necesidad hay de decir que el referéndum busca la reelección indefinida del Presidente si está clarísimo que sólo se trata de piches cinco artículos? ¿Se le está preguntando a alguien si quiere que Chávez se quede para siempre? Nunca. Entonces no digan lo que no es. Saquen de la discusión esa odiosa palabra: “indefinida”, que suena horrible.
Un poquito antes dice: “tramitada por iniciativa de la Asamblea Nacional”. Ahí sí se podría encontrar la disyuntiva de qué cosa es la “tramitada”, si la enmienda, la Constitución o la República Bolivariana misma. Ante la duda ponga usted, simplemente, “todas las anteriores”.
Si usted está leyendo la pregunta, a la altura de amplía los derechos del pueblo, coja resuello para poder llegar felizmente y con oxígeno al final, que reza así: “…con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?”.
Esta parte lo que quiere decir es que se permitiría que cualquier ciudadano o ciudadana, en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular. Eso es exactamente lo que quiere decir y no hay que buscarle otra vuelta maliciosa ni agregar nada más. ¿Qué es lo que no entienden? El planteamiento es claro y transparente. Quizá lo único que este humilde servidor propondría es que al final de la pregunta, como un invitatorio a la profunda reflexión que un proceso participativo de esta naturaleza requiere, se agregara un tímido pero firme: “¿Ah?”.
Ese es mi criterio al respecto, salvo que el comandante diga algo distinto y considere que la pregunta está mal formulada. Cosa en la que yo estaría de acuerdo con él, si ese fuera su punto de vista. Y lo digo con total responsabilidad y autonomía de criterio.
PS: Mi felicitación más sincera a los compañeros de la Asamblea Nacional por la muestra de coraje dada durante el mensaje presidencial. El autocontrol de las necesidades corporales es otro logro de este proceso que cuenta, como en todo, con el máximo líder como principal exponente. Sólo tengo que criticar al diputado que al grito de “Patria, socialismo o muerte” con el que el Presidente cerró el discurso, respondió: “¡Mearemos!”. Asumo que lo traicionó el subconsciente.
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