Imágenes del 11 de abril de 2002
Escribo en martes Santo. AN se raspa a la alcaldía mayor. Fujimori culpable, 25 años, menos que a los comisarios. En Moldavia los comunistas hacen trampa. El teniente coronel sigue su viaje. Millas y más millas, dólares y más dólares. Y nosotros de vacaciones.
Escribo este Paraninfo en los días santos. Días para reflexionar sobre las cosas hechas, sobre lo bueno y lo malo de la vida. De meditar sobre la vida de Jesús, el hombre que prefirió la cruz para salvar al mundo que el poder para acabar con los que lo vilipendiaron y ofendieron. Su actitud ha sido por muchísimos siglos ejemplo a seguir. El mismo Jesús que ante la injusticia se reveló y su rabia explotó en contra de fariseos.
Estas reflexiones me las hacía como consecuencia de lo ocurrido el viernes del concilio. Iba rumbo al oriente venezolano, a pasar unos días con mí señora esposa a celebrar nuestra 45ava. luna de miel. Mientras esquivaba huecos en las carreteras anzoatiguenses oímos la noticia esperada desde el día anterior. Una juez, consorte de un importante dirigente del partido de gobierno, después de varios años de deliberaciones sobre acusaciones hechas por una fiscal, hermana de un importante ministro del régimen, tomó una decisión, es decir dictó sentencia a un grupo de funcionarios policiales por los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002. 30 años de prisión, pena máxima de la justicia venezolana, para casi todos los indiciados. Gritos, desmayos y vítores eran el fondo de la noticia. Declaraciones del abogado acusador: no estamos conformes, faltan muchos, ahora iremos por Peña y Carmona, los autores intelectuales del golpe de Estado, al fondo se oía a grupos de personas aupándolo. Declaraciones del abogado defensor: Es una monstruosidad jurídica, justicia del terror. Luego declaraciones de una señora que habló de la justicia hecha a su comandante en jefe y del golpe de Estado, han debido ser muchos más años. Una hija dolida diciendo que no entendía que siendo su padre inocente porqué 30 años. Y una esposa desgarrada que desde lo más hondo de su corazón clamaba justicia imparcial, como la de la imagen de los ojos tapados. Por interferencia en las ondas radioeléctricas cambiaba de estación de radio. En unas, las más (hegemonía comunicacional que dicen), el veredicto era bien recibido, con alegría, por fin se ha hecho justicia, asesinos, criminales, la masacre de puente Llaguno, viva la revolución, así es la justicia en el socialismo. Se nos revolvían los intestinos, me subía la tensión, recordaba el 11 de abril y me venía a la memoria a esos hombres de azul diciéndonos “cuidado, están disparando”, “cúbranse”, “no sigan hacia allá”, y luego el video de los llamados “pistoleros de puente Llaguno”. Regresaba el dial a Unión Radio, se oía con intermitencia. Una injusticia, un horror, 30 años y no hubo ni una prueba. A uno lo mataron con una bala 45 y el condenado portaba un arma calibre 38. Otro de los condenados estaba a ras de piso y el difunto presentó trayectoria descendente, es decir que le dispararon desde arriba. Un condenado nunca estuvo en el sitio donde cayeron los muertos. Otro de los condenados recogía heridos en una ambulancia. Caigo en un súper hueco y casi que reviento una llanta, justo frente a una gran valla de “Tarek construye un estado socialista”. El susto me trae a la realidad. Dos mundos, dos países. Dos visiones. Quienes lograrán la calma interior y la paz espiritual.
Se comenta que el teniente coronel, una vez declarada la austeridad en toda la administración pública, se fue de viaje con casi 100 acompañantes, cientos de miles de dólares de gastos. Aquí dejó las instrucciones de perseguir a Rosales: “desgraciado”, “ladrón”, “te voy a meter preso”. Orden a la AN de dejar sin funciones y presupuesto a la alcaldía mayor. “Me meten preso a mi compadre Baduel”. Y se cumplen sus órdenes. La AN sanciona la ley del Distrito Capital. Al basurero los más de 800 mil votos que le dijeron si a Ledezma. Rosales enconchado. Baduel en Ramo Verde. Y no me dejen por fuera a Caprilito. Al CNE le ordenó repetir las elecciones del Táchira. Bueno el pollo no importa ese no hace mucho daño. Desde el otro lado del mundo diciéndole a ese mundo lo bello del nuestro. Venga para que vean. Mándenme los presos de Guantánamo. Mi amigo, mi hermano Bashir, te invito a conocer Caracas.
Ledezma peleando, solo. En la AN, ballena y gas del bueno. En la Fiscalía, no hay nadie. En la Defensoría, venga mañana. En el CNE, no hay audiencia. Por Dios qué hacemos. Llegará el teniente coronel, no en burro sino en Airbus 320, y el pueblo, bueno eso que ellos llaman pueblo, lo recibirá no con palmas, pero con franelas rojas, listo para celebrar el 13 de abril, su regreso victorioso. Y nosotros qué. Nos anotamos en una caminata al Calvario. Agarramos la cruz y nos crucificamos en ella. Y si tiembla nuevamente, y si hay rayos y centellas y truenos. Y si no pasa nada, como siempre, pero ¿y si explota la rabia? Será.Iván Olaizola D’Alessandro
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/1444187.asp
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