miércoles, 23 de septiembre de 2009

El asilo locoide que ideó Chávez


Chávez aprendió con Honduras. Como Lula no lo apoyó a fondo contra Uribe, entonces se fue para “el eje mal” a tramar vainas más peligrosas todavía y vino aconsejándole y financiando a Zelaya para zampar a Brasil en el lio hondureño.

Eso de meterse en la embajada brasileña no es una idea de Lula.
A pesar del “izquierdismo” oportunista de Lula, esos simpáticos del sur no tienen un pelo de pendejos y lo que quieren siempre es ganar real, utilizando sus buenas maneras negociadoras.

Ésta metida de cabeza de Brasil, en el centro del debate de la crisis hondureña, a partir del asilo locoide de Zelaya, es de seguro una idea de Chávez y volverá a terminar mal para sabaneitor, peor si es posible para Zelaya, mal para Obama y bien para la dignidad hondureña.

Mientras el escenario hondureño se caldea Chávez disimula que está metido hasta los tuétanos en esa aventura de Zelaya y despista hablando de economía, de pagar deudas, de créditos, de volver a relanzar Barrio adentro. Se ocupa de gobernar algo. Aprendió a guardar alguna distancia después de tantas chamuscadas.

Le exigieron ese precio para ayudar a su agente Zelaya y al parecer lo está cumpliendo, con cierta displicencia obligada. Veremos cuanto aguanta. Debe estar que se revienta para meter sus narices en este episodio escabroso del asilo “in situ” del sombrerúo.

El señor Roberto Micheletti, presidente legítimo de Honduras, fue tomado por sorpresa con ese toque aventurero de Zelaya con su plan Chávez, de retornar clandestinamente para hacerse del poder, como si fuese un 14 de abril hondureño, con un Baduel garante, que no existe allá, con gente movilizada que son sólo ridícula minoría y una cúpula militar acobardaba, que es aun menos el caso del ejército de ese país.

Estos errores de cálculo, de la coalición zelayista, que alcahuetea con urgencia desde la OEA los planes del club de chulos del ALBA, salvo que USA amenace con una atómica o invada a Honduras con Chávez, Nicaragua y Brasil, ahora a juro, para imponer a Zelaya, darán por resultado seguro que en los próximos días nada estará más lejos allí que ese escenario de reposición del depuesto como lo quisieran en este Septiembre, cuando este teatral nostálgico chulo de Chávez y de nuestros reales, insiste en hacer viable los tres meses que le quedarían, en la presidencia virtual, para embochinchar esa digna nación, que se les escapó de las manos a sabaneitor, dejando en ridículo a todos los agentes de la “chequera que camina por América Latina”.

En Honduras habrá elecciones en noviembre y ya gobiernos dignos como el panameño del presidente Martinelli, anunció que el gobierno que salga electo será reconocido.

Extraña si constatar que Obama-Clinton herederos de una diplomacia tan pragmática, en lo de reconocimientos de gobiernos legales, como por cierto acaban de hacer con el “hermanazo” de Chávez en Irán, no importándoles en ese caso que el bicharraco integrista y fanático haya ganado gracias a un bestial fraude, y se comporten ahora desde la Casa Blanca respecto a Honduras, tan quisquillosos … me imagino que “patio trasero obliga”.

Al enguayabado Zelaya nostálgico pertinaz del mando presidencial perdido, se le ocurrió la estratagema de llegar clandestinamente a Tegucigalpa y meterse en una embajada, y no en cualquiera, para tratar generar una convulsión política, que le devuelva el poder y donde solo va a o ir preso o a un exilio, aun más justificado que cuando salió en piyamas sacado a Costa Rica.

Veremos los acontecimientos. No deja de ser cada día aleccionador como una nación pequeña y pobre como Honduras, resolvió no pagar el precio que pagamos aún en Venezuela por la soberana estupidez de respetar unas formas que sus beneficiarios solo aprovechan para intentar esclavizar pueblos y asumir gobiernos despóticos como el venezolano.

Lo que pasa con Micheletti es que no tiene las gandolas de dólares del Don regalón venezolano para comprarse el apoyo que le dé la gana en el ámbito internacional.

Manténganse firmes señor Micheletti y demás poderes civiles de Honduras. Demasiadas esperanzas tenemos fundadas en vuestra dignidad como nación libre, quienes aspiramos igual que ustedes no ser manejados ni por consensos de alcahuetes, ni por manipulaciones de potencias y menos aún por populistas y demagogos con reales mal habidos, procedentes de la corrupción masiva impulsada políticamente por el despotismo de un usurpador venezolano, que tiene a Zelaya de títere y que se ampara en la estupidez de la cúpula diplomática yanqui que cuando quiere meterse aquí, en plan de salvadores de democracia pone tortas mayores que cuando ensaya sus golpismos catastróficos.

Lo bueno del “golpe” de Honduras es que Obama no se enteró.

PD. Cuando estaba mandando este artículo me encuentro las declaraciones directas y francas de Micheletti sobre Venezuela. Ya verá Chávez como le retrucan sus intervencionismos por toda América. Esto es solo el principio.



Alberto Franceschi G.
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