martes, 8 de septiembre de 2009

Noam Chomsky y Oliver Stone: "personalidades imbéciles"


Es digno mencionar la reacción de Deveraux, el autor de un excelente blog crítico con la España de Zapatero, al transmitirnos en su entrada Chomsky o la imbecilidad, el sentimiento de rechazo que genera Chávez por sus insultos a los mandatarios de países civilizados, a todo aquel que no esté con el, o por sus alianzas con esos líderes pro terroristas y hasta responsables por delitos de lesa humanidad. De hecho, no en vano, se ganó la pasada movilización mundial en su contra. En este caso por ejemplo, tiene que ver con motivo de sus recientes arengas contra Israel desde Siria, “es más de lo que un ciudadano occidental con dos dedos de frente puede soportar. Esa visión, digo, tan surrealista, tan impropia de la cordura, tan histriónica, me hizo dar un bote en el sofá”. Así inicia su análisis en relación al “tal Chomsky, que emboba a millones de personas con su supuesta intelectualidad”, para mencionar al final a Oliver Stone (a propósito de la presentación del documental sobre Chávez como “héroe” en el Festival de Venecia), a quien, como señala, “también le podemos incluir en la categoría de “personalidades” imbéciles”.

Chomsky o la imbecilidad humana
La visión en un telediario ayer mismo de ese pobre diablo gorilesco de Chávez arengar en Siria contra Israel, es más de lo que un ciudadano occidental con dos dedos de frente puede soportar. Esa visión, digo, tan surrealista, tan impropia de la cordura, tan histriónica, me hizo dar un bote en el sofá.

Siria, por si alguno no lo tiene claro, desde hace décadas, es patrocinador en la sombra de todo el terrorismo islamista (lo que los progres zapos llaman “terrorismo internacional”, da entrenamiento en sus bases a estos asesinos y sirve de pasarela entre Hezbolá y Hamás e Irán facilitando el paso de armas a estos grupos terroristas. Y Chávez, con ellos, arengando.

Pero el tema hoy es realmente Noam Chomsky, un intelectual americano del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets, el MIT, que se hizo famoso entre otras cosas por enunciar una gramática que explicaba la formación correcta de las frases: la gramática generativa (que en mi época de estudiante de filología inglesa por el lejano 1989 tuve la ocasión de comprobar lo endeble de dicha teoría de campanillas, pero esa es otra historia…)

Hasta ahí todo bien si no fuera porque Chomsky cae en el grupo de los intelectuales imbéciles, ergo progres, que viendo la luz en no sé qué lodazal de ideario socialista obsoleto, se lió la manta a la cabeza y se puso a criticar aspectos básicos de la política y de la sociedad americana, admirando a los enemigos de su país y abrazándose con ellos.

Nos parece muy bien que se critique a cualquier cosa que pueda ser criticada. Pero lo que no es de recibo y más grave si se es “intelectual” es que se vaya directamente a poner una carga explosiva en los cimientos de una sociedad que te ha permitido a ti ser precisamente lo que eres.

Chomsky no sólo hace eso (no en vano se define como “socialista libertario y simpatizante del anarcosindicalismo”), sino que va a abrazar a sátrapas inmundos como el envilecido demagogo Chávez hace unos días. Chomsky llegó a felicitar al dictador bolivariano en estos términos: “me resulta emocionante ver en Venezuela cómo se está construyendo ese otro mundo posible”.

Sí, será otro posible pero mucho peor que el que hay ahora, yo digo…

Nos topamos de nuevo de bruces contra alguien ciertamente peligroso, el tal Chomsky, que emboba a millones de personas con su supuesta intelectualidad. El peligro, digo, no es que critique aspectos que no le gustan sino porque avala a sistemas, regímenes o líderes que son letales para la democracia, la prosperidad, la seguridad jurídica o el bien más preciado, la libertad indivual. Y no faltan ejemplos que lo prueban…

Chomsky con su visita a Caracas da un golpe de ariete a los cimientos de Occidente, no solo ya porque un pobre diablo como Chávez salga reforzado con eso, sino porque millones de personas en Occidente se dejan embaucar por este sutil pero peligroso mensaje: que el problema es Occidente o “el imperio” como lo llaman toda esta recua de exaltados populistas.

Como decía el economista y filosofo Von Mises, el antiliberal (o sea, el progre) padece de una patología grave: el resentimiento… un resentimiento ante un sistema (el capitalista) que le ha reportado tales ventajas que está dispuesto a aceptar otro sistema sabiendo que es infinitamente inferior, más injusto o más totalitario.

Resentimiento que hace salir a la luz la profunda imbecilidad que anida en los humanos, no importa su credo, su cultura, su condición social o su lugar de origen.

Y lo más lamentable es que Chomsky no está solo. Al revés, en estos tiempos la imbecilidad de ese tipo campa a sus anchas por el mundo


Tomado del blog de Martha Colmenares

http://www.marthacolmenares.com/2009/09/07/noam-chomsky-y-oliver-stone-catalogados-como-personalidades-imbeciles/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,entre a este blog con la intención de conocer un poco de la oposición venezolana luego del tan sonado documental "al sur de la frontera", recientemente estrenado en venecia y la verdad he quedado defraudado de ella, porque no se puede hacer oposición tan solo descalificando y ridiculizando a quienes apoyan a Hugo Chavez(como lo hace este articulo), en verdad esperaba algo más pero ustedes sabran lo que hacen...