Washington Post / traducido por ND.- Un patriarca afgano de 60 años se encontraba reunido con un visitante. El patriarca lucía en su cara el peso de sus responsabilidades para con su tribu y de esposo de cuatro jóvenes mujeres. Su visitante, un funcionario de la Agencia Central de Inteligencia, vio una oportunidad y buscó en su maletín un pequeño regalo. Eran 4 pastillas azules de Viagra.
“Tómese una de esas. Le va a gustar”, le dijo el oficial. Un regalito del Tío Sam.
El funcionario, quien reportó el encuentro, regresó a los 4 días para encontrar un hombre contento. El patriarca ofreció abundante información sobre los movimientos de los Talibanes en la zona, seguido de una petición por más pastillas. Así lo cuenta una nota del diario Washington Post.
De acuerdo con la CIA, así es como algunas batallas en Afganistán se ganan y se pierden. Aunque la CIA tiene una larga experiencia pagando por información, muchas veces con dinero o armas, la creciente insurgencia talibana los ha obligado a utilizar métodos novedosos y creativos para obtener información.
Entre los regalos que han utilizado los funcionarios de la CIA para obtener información se encuentran cuchillos de bolsillo, medicinas, pagar por operaciones médicas para familiares, juguetes, extracción de dientes y ocasionalmente, pastillas de Viagra.
“Hacemos lo que sea parar lograr influencia con la gente”, dijo un experimentado operativo de la agencia con servicio en Afganistán.
Los funcionarios alegan que los incentivos son necesarios en Afganistán, un país donde los patriarcas esperan recibir compensación para pasarse al otro lado, y donde los mismos talibanes ofrecen incentivos a la gente.
Los incentivos tradicionales, armas y dinero, a veces no son las mejores opciones. Las armas pueden caer en las manos equivocadas y el dinero atrae la atención de terceras personas.
“Si alguien recibe 1.000 dólares en efectivo, lo siguiente que hace es ir a comprarse algo, y será evidente para los que lo rodean que obtuvo ese dinero de alguien”, dijo Jamie Smith, un veterano funcionario de la CIA en operaciones encubiertas en Afganistán. “Inclusive si no lo matan, la persona se vuelve inefectiva como informante porque todo el mundo sabrá cómo obtuvo el dinero.”
La clave, dijo Smith, es encontrar la manera de satisfacer necesidades personales que lo hagan estar de tu lado sin dejar rastro visible.
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