Documentos revelan que entre los implicados están el presidente de la filial y empresarios de Venezuela y Alemania.
Para los pagos ilícitos se utilizaron testaferros, entre ellos un empresario venezolano con oficinas en Florida y una compañía ferroviaria de Georgia. Siemens admitió que entre 2001 y 2007 sobornó a funcionarios del país a cambio de contratos por 340 millones de dólares. Concejales de Maracaibo y el alcalde de Valencia, Edgardo Parra, anunciaron que investigarán las presuntas comisiones para otorgar licitaciones en los metros de las dos ciudades.
El gigante alemán Siemens y tres de sus subsidiarias (Venezuela, Argentina y Bangladesh) se declararon culpables el pasado lunes, ante una corte federal de Estados Unidos, de cometer actos de corrupción. Era la vía más expedita para zanjar las acusaciones de pagos ilícitos que tenía pendiente en territorio estadounidense y en Alemania. De esta manera se ponía fin a dos años de investigaciones sobre sobornos hechos a funcionarios gubernamentales en distintos lugares del mundo.
De lo contrario, la empresa de ingeniería más grande de Europa se vería obligada a enfrentar juicios y revelar los nombres de los implicados en los sobornos. El costo para la compañía no fue tan alto como se esperaba: deberá pagar una cantidad de casi 1.366 millones de dólares en multa. Sin embargo, acallar las secuelas resulta imposible.
En el caso de Venezuela, Siemens admitió que desde noviembre de 2001 y hasta mayo de 2007 pagó sobornos por valor 18,78 millones de dólares a funcionarios, a cambio de contratos por 340 millones de dólares en la adjudicación de los proyectos para los metros de Valencia (240 millones de dólares) y Maracaibo (100 millones de dólares).
Algunos de esos pagos se hicieron a través de cuentas de bancos en Estados Unidos y se usaron distintos testaferros, como consta en los documentos del Departamento de Justicia de ese país. Estos fueron señalados como "co-conspiradores" y no como acusados.
Durante la audiencia se evidenció la "red de corrupción" que se tejió y cuyos tentáculos se extendieron hasta Dubai. El principal responsable fue, según documentos oficiales, el presidente de Siemens Venezuela desde 1997 hasta 2006, Hans Hermann, quien estuvo involucrado en los proyectos de Metro Mara y Valmetro.
También fue señalado un empresario venezolano, propietario de 4 oficinas de consultaría, 3 de las cuales funcionaban en el sur de Florida. Estas servían de fachada, pues pretendían proveer servicios de consultoría, cuando en realidad eran utilizados para pagar los sobornos.
Otros de los implicados son un empresario alemán, quien fue gerente del Power Generation Group y consultor de Siemens, y una compañía de ingeniería ferroviaria, con oficinas principales en Norcross, Georgia, que actuó como intermediaria para los pagos ilícitos de Siemens Venezuela, a través de entidades controladas por el empresario venezolano, a funcionarios vinculados con el Metro de Valencia.
Una compañía de consultoría de negocios, con sede en Dubai, fue usada para sobornar a las autoridades responsables del Metro de Maracaibo.
Ante ello, el Departamento de Justicia precisó los ilícitos cometidos en territorio estadounidense. Se afirma que de manera intencional se hizo uso de correos e instrumentos de comercio interestatales, de forma corrupta, para el fomento de una oferta, promesas y autorizaciones de pago de dinero, regalo o promesa con el propósito de influenciar actos y decisiones de autoridades extranjeras; inducir a los funcionarios para influenciar decisiones de gobiernos extranjeros en beneficio de Siemens.
Se defiende. En Venezuela, Juan Guillermo Franco, consultor jurídico de la región Austral Andina de Siemens, afirmó que en 2006 la casa matriz informó a las autoridades sobre irregularidades que había detectado en contratos y negocios en algunas de sus filiales.
Paralelamente la empresa decidió solicitar a la firma norteamericana Dewitt Clinton, que realizara una investigación.
Explicó que los casos de sobornos por parte de la empresa en Argentina, Venezuela y Bangladesh, que se conocieron el lunes, pasado fueron el resultado de la averiguación que pidió la corporación a la compañía estadounidense.
Reveló que la investigación costó 2,5 millardos de euros y que se prolongó por 2 años porque Dewitt Clinton cruzó información de alrededor de 40 millones de transacciones bancarias de la compañía en todo el mundo.
Franco dijo que las filiales de Siemens Alemania no pueden divulgar los nombres de los funcionarios, ni de los demás detalles de los casos de corrupción, porque así lo establece el acuerdo al que llegó la corporación con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Sin embargo, señaló que la empresa evalúa las sanciones que se le impondrán a los involucrados.
En el caso de Venezuela, entre 1997 y 2007, periodo en que se realizaron los fraudes, el presidente de Siemens era Hans Hermann. Franco aseguró que desde el año pasado esta persona no está en la empresa y que fue sustituido por Mario Jaramillo, que está fuera del país cumpliendo compromisos de trabajo. "La actual administración está comprometida con la transparencia de las gestiones", dijo.
El Nacional
Zayra Arenas / Blanca Vera / Carmen Sofía Alonso
En el caso de Venezuela, Siemens admitió que desde noviembre de 2001 y hasta mayo de 2007 pagó sobornos por valor 18,78 millones de dólares a funcionarios, a cambio de contratos por 340 millones de dólares en la adjudicación de los proyectos para los metros de Valencia (240 millones de dólares) y Maracaibo (100 millones de dólares).
Algunos de esos pagos se hicieron a través de cuentas de bancos en Estados Unidos y se usaron distintos testaferros, como consta en los documentos del Departamento de Justicia de ese país. Estos fueron señalados como "co-conspiradores" y no como acusados.
Durante la audiencia se evidenció la "red de corrupción" que se tejió y cuyos tentáculos se extendieron hasta Dubai. El principal responsable fue, según documentos oficiales, el presidente de Siemens Venezuela desde 1997 hasta 2006, Hans Hermann, quien estuvo involucrado en los proyectos de Metro Mara y Valmetro.
También fue señalado un empresario venezolano, propietario de 4 oficinas de consultaría, 3 de las cuales funcionaban en el sur de Florida. Estas servían de fachada, pues pretendían proveer servicios de consultoría, cuando en realidad eran utilizados para pagar los sobornos.
Otros de los implicados son un empresario alemán, quien fue gerente del Power Generation Group y consultor de Siemens, y una compañía de ingeniería ferroviaria, con oficinas principales en Norcross, Georgia, que actuó como intermediaria para los pagos ilícitos de Siemens Venezuela, a través de entidades controladas por el empresario venezolano, a funcionarios vinculados con el Metro de Valencia.
Una compañía de consultoría de negocios, con sede en Dubai, fue usada para sobornar a las autoridades responsables del Metro de Maracaibo.
Ante ello, el Departamento de Justicia precisó los ilícitos cometidos en territorio estadounidense. Se afirma que de manera intencional se hizo uso de correos e instrumentos de comercio interestatales, de forma corrupta, para el fomento de una oferta, promesas y autorizaciones de pago de dinero, regalo o promesa con el propósito de influenciar actos y decisiones de autoridades extranjeras; inducir a los funcionarios para influenciar decisiones de gobiernos extranjeros en beneficio de Siemens.
Se defiende. En Venezuela, Juan Guillermo Franco, consultor jurídico de la región Austral Andina de Siemens, afirmó que en 2006 la casa matriz informó a las autoridades sobre irregularidades que había detectado en contratos y negocios en algunas de sus filiales.
Paralelamente la empresa decidió solicitar a la firma norteamericana Dewitt Clinton, que realizara una investigación.
Explicó que los casos de sobornos por parte de la empresa en Argentina, Venezuela y Bangladesh, que se conocieron el lunes, pasado fueron el resultado de la averiguación que pidió la corporación a la compañía estadounidense.
Reveló que la investigación costó 2,5 millardos de euros y que se prolongó por 2 años porque Dewitt Clinton cruzó información de alrededor de 40 millones de transacciones bancarias de la compañía en todo el mundo.
Franco dijo que las filiales de Siemens Alemania no pueden divulgar los nombres de los funcionarios, ni de los demás detalles de los casos de corrupción, porque así lo establece el acuerdo al que llegó la corporación con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Sin embargo, señaló que la empresa evalúa las sanciones que se le impondrán a los involucrados.
En el caso de Venezuela, entre 1997 y 2007, periodo en que se realizaron los fraudes, el presidente de Siemens era Hans Hermann. Franco aseguró que desde el año pasado esta persona no está en la empresa y que fue sustituido por Mario Jaramillo, que está fuera del país cumpliendo compromisos de trabajo. "La actual administración está comprometida con la transparencia de las gestiones", dijo.
El Nacional
Zayra Arenas / Blanca Vera / Carmen Sofía Alonso
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